Si tienes habitualmente ataques de hambre, ¡No te preocupes por qué nos ha pasado a tod@s! Si realmente tienes mucha hambre después de entrenar, cuando vuelves del trabajo, a media mañana durante la jornada laboral… Es que no has comido lo suficiente en los momentos clave del día.
Hacer varias comidas al día de forma regular evita que lleguemos desesperados a la nevera y acabemos que todo lo que se nos pone por delante.
Comer de forma regular es bueno para que los niveles de azúcar en sangre no caigan y se mantengan de una forma constante. Esta frecuencia evitará que después de trabajar, hacer ejercicio o incluso hacer unos recados, llegues a casa pensando en lo que te vas a llevar a la boca.
¿Qué alimentos me ayudarán a evitar estos ataques? Carne, pescado, lácteos, frutos secos, legumbres… Alimentos ricos en proteínas. Todo esto siempre acompañado de una buena hidratación, beber agua sacia nuestra hambre y nos mantiene hidratados.
Ataques de hambre
La pregunta es fácil, tienes hambre o quieres saciar tu cuerpo por ansiedad y piensas que tienes hambre. Normalmente cuando terminamos de trabajar, llegamos a casa y abrimos la nevera, esa sensación no es hambre… Es gula, y esto lo podemos controlar si llevamos una alimentación equilibrada y constante.
Un buen desayuno, una pieza de fruta a media mañana, come sano a la hora de la comida, merienda algo nutritivo a media tarde y cena ligero pero con fundamento.
Esta alimentación bien planificada de forma semanal hará que cuando realmente tengas «gula», sea por una razón de peso.
Estos consejos siempre hay que adaptarlos en función de tu peso, el tiempo de entrenamientos y la dureza, el tipo de trabajo que tenemos y fundamentalmente como es nuestro cuerpo genéticamente.
Hay cuerpos que tienden a perder rápido, como al contrario, cuerpos que ganan peso muy fácilmente, y por ello es importante que pidamos consejo a especialistas.
Y como último consejo, cuando tengas un ataque de hambre, piensa sí realmente a lo largo del día has quemado las calorías suficientes. Antes de darte ese «atracón», en ese momento reflexionarás y pensarás que no te va a beneficiar.