Vamos a hablar de los diferentes beneficios de dormir la siesta, en esta época del año y encima con las maravillosas vacaciones, somos muy de siesta…
¿Qué hacemos con este calor en la calle? Si nos podemos permitir echar una cabezadita después de comer, ¡Se agradece verdad!
Dormir la siesta es «typical Spanish«, pero no tiene su origen en España, la siesta se originó en Italia y se usaba en las horas de más calor.
Cuando las temperaturas aprietan y no hay quién pueda estar en la calle, no hay nada mejor que descansar y cargar pilas en esas horas muertas de break en el trabajo.
Beneficios de dormir la siesta
Dormir la siesta tiene muchas cosas positivas para nuestro cuerpo y nuestro estado de ánimo. Descansar unos 30 minutos nos ayudará a cumplir con las rutinas diarias, sin quedar aturdidos y así alterar nuestro sueño nocturno.
Lo de quedar aturdidos es algo que debemos de cuidar, si dormimos demasiado tiempo la siesta puede tener un efecto adverso. Podemos llegar a la noche sin sueño y desvelados.
Una buena siesta puede ayudar a relajarnos, mejorar nuestro sentido de alerta, cargar energías para continuar trabajando por la tarde, mejora la memoria y nuestro estado de ánimo.
La siesta ideal no debe de superar los 30 minutos, la mejor hora es antes de las 15:00 para no alterar nuestra calidad de sueño por la noche, y acondicionar el lugar donde la disfrutemos con poca luz y sin ruidos. Menos es más totalmente, una siesta corta, nos ayudará y nos mantendrá activos hasta el final del día.
En verano, concretamente en vacaciones solemos enganchar unas siestas eternas, durmiendo incluso horas, debido al descanso de toda la carga laboral del año, pero aún así debemos controlarlas para que la vuelta a la normalidad no sea excesivamente dura.
Echarse la siesta en verano con las altas temperaturas, las comidas abundantes del restaurante de la playa o la comilona con amigos, hace que sea una necesidad irresistible. Por ello intentemos buscarle una razón lógica, como solución al cansancio, por trabajar en turnos de noche por ejemplo, o usar la siesta rápida (no más de 20-3o min.) como rutina diaria de descanso y satisfacción.
Recuerda, cuando te levantes de la siesta, recupera poco a poco el ritmo del día y si tienes a mano un snack, ¡Actívate con algo energético!