Cuando hablamos de cuidar la línea, llevar una vida saludable creando hábitos que nos beneficien en el día a día, debemos hacerlo sin llegar a pasar hambre.
¿Es posible llevar una vida sana sin que nos volvamos locos por comer? Sí es posible, y además podemos añadir que no es difícil. Simplemente debemos ser constantes y conscientes de que es un proceso que se debe de llevar a cabo de por vida.
La alimentación sirve de gasolina para nuestro cuerpo, aportando todo tipo de nutrientes necesarios que hacen que nuestro metabolismo no se ralentice.
Esto lo podemos solucionar con dos factores clave, rutinas de alimentación y de deporte saludables.
Cuidado con reducir las calorías, puede traer consecuencias inesperadas si tratas de perder peso muy rápido y sin seguir las recomendaciones de médicos y nutricionistas.
¡No pases hambre!
Realiza al menos 5 comidas al día, es la mejor fórmula para que nos llegues al punto de desesperación y decaimiento por el hambre. Reparte la comida en 5 o 6 tomas al día: 3 comidas principales y 2 picoteos.
Puedes confundir la sed con el hambre, por ello mantente siempre bien hidratad@. El agua te dará también sentimiento de saciedad y evitará que acabes comiendo de más cuando en realidad lo que requiere tu cuerpo para funcionar es agua y no alimento sólido.
¡Comemos con los ojos! Cuidado con tener la despensa y la nevera llena de tentaciones. Puede hacer que comas sin sentido, sin necesidad, solo por capricho.
Evita rodearte de comida y guarda los alimentos.
Come bien, y cuando lo hagas mastica bien la comida. Uno de los problemas más frecuentes de estómago, es no triturar bien la comida para facilitarle el trabajo a nuestro cuerpo. Esto te ayudará a controlar las cantidades que comes.
Controla el apetito saliendo a andar. Si realizamos actividad física como por ejemplo andar, estaremos activando nuestro metabolismo. Esto hará que nuestro cuerpo queme calorías más rápido, y así controlaremos nuestras rutinas saludables o nuestros caprichos más fácilmente.