Un vaso de leche con galletas, con la leche fresquita y mojando las galletas en la leche… Ahora con estas altas temperaturas por casi toda España, necesitamos hidratarnos con frecuencia y a ser posible con bebidas frías que nos refresquen, ¡Y la leche es una muy buena opción!
¡Qué me dices! A la hora de merendar… ¡Apetece y mucho! Un hábito de los más pequeños que damos por hecho que de adultos no se sigue manteniendo… ¡Estamos equivocados!
Después de hablar con varios de nuestros clientes, ya adultos, resulta que muchos de ellos siguen haciéndolo de vez en cuando… ¿De una en una? ¡No,No! Todas de golpe en la taza, ¡En plan guerra!
¡Leche con Galletas!
No tengas miedo a reconocerlo, ¡No estás sol@! Ya que nos ha sorprendido la cantidad de clientes y amigos que se teletransportan más de una noche a ese momento de cuando eran pequeños, y le pedían a su madre o padre… ¡Lo quiero! ¡Lo necesito!
¿Y ese momento después bebiendo la leche con los restos de galletas…? ¡Glorioso también! Nos encantan las tradiciones, y si a pesar de los años, sigues disfrutando de algo tan simple como una taza con leche y galletas a cachitos, ¡No lo cambies jamás!
No pierdas ese niño que hace que disfrutes de momentos que te trasladan a tu infancia, eso forma parte de los daños colaterales del sabor 100% artesano. La tradición y como cocinaban nuestros abuelos, es lo que hace que además de un sabor rico, nos toque en algún punto de nuestra memoria.
Llega la noche, no tienes mucho sueño y no paras de dar vueltas en la cama, de repente… Se pasa por tu cabeza, ¿Y si…? mmmmmm…si, no, si, no… (Hasta que no te lo tomes no vas a dormir y lo sabes)
Te levantas de la cama, calientas la leche, sacas las galletas, te sientas o a veces ni eso… Y ahí de pie en pijama, empiezas a mojar las galletas en la leche como si no hubiese un mañana… ¡Ese momento es una maravilla!
Vuelves a la cama, relamiéndote con el sabor de la mezcla de galletas + leche… Por esos momentos, ¡Comer galletas es un capricho espectacular!